Se supone que debo andar preocupao estos días porque no se quién le ha dicho no se qué a no se cuántos en otro numerito de plató, como han sido definidos en sede judicial, escándalos por otra parte que ni siquiera veo, pues cuando alguien se pone a pegar gritos en el plasma, como ocurre la mayoría de las veces, también me molestan los tiroteos cuando intento concentrarme, me pone de uñas como pa dejar lo que estoy haciendo y molestarme en cambiar de canal, mientras que interpelantes e interpelaos que están cara a cara junto a quienes los han reunido dan por hecho que las salidas de tono y pérdidas de papeles en general apenas nos dan carnaza a los que estamos al otro lao del plasma, de forma que tengo que ser yo y los que no nos unimos al coro aulladores los que decepcionamos a la parroquia. En las #iRedes no debemos temer tanto que nos parta 1 rayo, sino que haya mucha gente que lo desee fervientemente de forma que caigamos en algo peor que su indiferencia, que es el rechazo. Desde otro punto de vista, otras veces que he obtenido informaciones difíciles de obtener, por ejemplo viendo documentales mientras la mayoría silenciosa está con los 5 sentidos puestos en el debate o el partido de la jornada, entonces me han afeao mi conducta porque no la he compartido con los que probablemente se hubieran encogido de hombros si hubiera intentao dirigirles la palabra, me refiero a la información privilegiada, incluso cuando dudaba de su alcance o importancia que, si se compara con la contundencia de 1 insulto en los platós y sus repercusiones casi obligatorias. Otras veces que se han propuesto prohibir los videojuegos de Internet los progres les he pedido que empezaran por la historia de la literatura en lo que se refiere a las biografías aciagas de los escritores, pero como no lo digo a gritos, pues a mí no me oye nadie.
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