decadencia de la novela burguesa


Al retomar mis apuntes y temas de oposiciones a profesor de lengua y literatura española me asaltan con frecuencia la quijotera las declaraciones de Juan José Millás constatando la decadencia de la novela burguesa perfectamente hegemónica en la parte del planeta escolarizada desde el siglo XVIII. Al menos desde los años 90´s, es decir, hace 20 años, 4 lustros ya que vengo huyendo deliberadamente de esos folletines de adulterios y males de amores, también exageraos en lo malo, sobre to de las películas, pues a la novela, incluso como género global en el sentido que puede haber otros temas además del único, ya hacía tiempo que había vuelto la espalda a esas tramas pasteleras y solo leía ensayos e informaciones, siendo el reportaje de actualidad ilustrao con imágenes mi género preferido, si acaso la novela reportajeada como A sangre fría de Truman Capote, que estimo fundacional del nuevo género literario de moda en mi opinión y no solo, pues el éxito en ventas y lectores de los autores vivos, por tanto no clásicos ya fallecidos en manos de sus agentes editoriales, que documentan sus trabajos rigurosamente nuevos con investigaciones sobre el terreno casi como reporteros de imagen por no decir periodistas, es indudable. 1 anécdota llamativa al respecto, de esas que ilustran 1 pensamiento tanto mejor que el más sesudo de los manuales de comités de expertos, los nuevos autores de moda, es que por esos años finiseculares llegué a entrevistar al paparazzi que saltó a la fama por haber hecho guardia junto a la tumba de Antonio Flores, al que conocí en persona y aprecio sinceramente en el recuerdo, pues también era aficionao a la fotografía y había tenido esa formación antes de hacerse famoso como cantante y letrista, hasta que cazó a 1 de sus amantes deudoras que fue a llevarle flores con gran escándalo público. De esa entrevista recuerdo cuánto se pagó por las fotos y también, gracias a la amabilidad del entrevistao, me explicó cómo funcionaba ese comercio con detalles tan sorprendentes como que los editores pagaban ya solo por ver las fotos y tener opción de compra, pero en condiciones que a 1 trabajador normal 1 pelotazo así le permitía casi vivir el resto del año sin preocupaciones, algo que compensaba con creces los días de espera en sitios tan poco apetecibles, y también disponer de equipos fotográficos envidiables, ya solo el teleobjetivo 500 mm con diafragma luminoso, esos que todavía se ven en las retransmisiones deportivas que se van ensanchando hacia la boca de la lente, valía más que todas las cámaras y objetivos que yo he podido permitirme en toda mi vida, detalles en cualquier caso muy prosaicos respecto del tema, pero es que además años después recuerdo haber leído la entrevista a otro paparazzi de los de rompe y rasga, conocido por su nombre y proezas, que años antes del estallido de la crisis económica constataba la decadencia del tan lucrativo negocio del cotilleo con 1 sentencia que comparto: los editores nuevos, que se supone interpretan los gustos de la mayoría, prefieren las imágenes impacto y desprecian los argumentos, de forma que hacen inviable 1 trabajo parecido a la caza, pues a veces son cámaras de vigilancia y otras usuarios que pasan casualmente por donde la noticia, los que capturan esas piezas preferidas por el público. Si se fijan, esta explicación encaja perfectamente con las recomendaciones de los gurú, expertos y apoderaos, en general intermediarios que se trabajan la parte lucrativa en las sombras, pues entre el famoseo organizao y el ocasional o de fortuna solo hay diferencias económicas, pero a los políticos emergentes a los que supongo ofrecen sus servicios en el sentido que se necesitan argumentos y no tanto impactos o gestos pa llamar la atención, como desnudarse al presentar su candidatura, hacer declaraciones altisonantes o pensar eso tan socorrido de hacer deseable que hablen de 1 aunque sea mal, que es como supongo se justifican las cagadas, pero abunda en lo mismo: mientras que los gurú recomiendan y enseñan a sus pupilos hacerse los muertos y aparecer lo menos posible (en muchos casos se agradece ese esfuerzo de algunos, creo yo) pa no oxidarse por sobreexposición al plasma o poner en peligro sus posiciones de ventaja con 1 cagada como las de Cañete o Monago, ponen la muleta o el señuelo a los nuevos por el camino equivocao. Pero si en vez de considerar el patio público y los medios de comunicación (las encuestas, aunque sean falsas, valen 1 pasta ya solo colocarlas en las portadas y temas de conversación en lugares que deberían corresponder a sus patrocinaos) volvemos la mirada a sitios como los banquillos de los encausaos volvemos a encontrar lo mismo: la infanta Cristina respecto de Iñaki Urdangarín, Ana Mato la ex de Jesús Sepúlveda, Rosa Benito de Amador Mohedano, Isabel Pantoja respecto de Julián Muñoz, incluso la tránsfuga Tania Sánchez respecto de su familia, cúpulas dirigentes de sus antiguos partidos y su novio, justifican sus caídas en desgracia como ceguera de amor haciendo ya de por sí más increible ese sentimiento tan elevao que ha hecho correr ríos de tinta y babas edulcuradas, algo parecido a las dolencias y síndromes de tipo psicológico que no existen o no se dan en países desfavorecidos económicamente, igual que pasa con los males de amores de las novelas burguesas y desde fechas recientes, también en juicios por corrupción, pero entre personas de clase social desfavorecida, argumentos que en realidad no interesan a nadie, aunque creo más bien que es porque no hay dinero en juego. Llámenme prosaico y materialista, pero con el sentimiento antes conocido como amistad pasó algo parecido cuando cayó en manos de curas e instructores diversos, mientras que a súbditos, creyentes y en realidad parte B de esos sentimientos se nos debería decir primos, paganos e incluso pringaos de la conveniencia o interés de alguien que se nos pone por encima con ese sucio truco, pero siempre fueron mentira y lo que ha pasao no es tanto su decadencia como el desengaño al descubrirlo, y consiguiente rechazo. No está en crisis la literatura y menos la lectura, pues se lee más y más gente que en cualquier otro momento histórico, sino solo la parte falsa y por tanto superflua y fácilmente, como ocurrirá cuando se descubra que las víctimas de las estafas por sobrevaloración, el 99% de las que se llevan a juicio al darse solo entre gente pudiente, son en realidad los ganchos de los engañabobos que se los llevan al huerto, mientras que el resto que o no tenemos dinero o no picamos, y ni siquiera sabemos de esos manejos turbios cuando se están ejecutando, tenemos que sorprendernos de repente al descubrirlo como los jueces, fiscales y periodistas cuando se ponen al descubierto los escándalos, somos como los adictos a los folletines amorosos y los ludópatas siempre dispuestos a ser desplumaos por el 1º que lo intenten mientras canturrean despectivamente y se ríen de los pelagatos que en vez de darnos dios la compañía 1 mujer desprendida como las mentadas, nos han tocao placeres como la lectura sosegada y la curiosidad tranquila por el mundo que nos rodea y que raramente catamos en pasiones que parece que trastornan a los listos cuando los pillan, pues tampoco me creo que antes hayan podido ser tan lelos como pa no darse cuenta que habían caido en manos de ladrones y pendencieros como los de las novelas.

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